jueves, 20 de junio de 2019

VENTANA DE OPORTUNIDAD

¿QUÉ QUIERE DECIR VENTANA DE OPORTUNIDADES?

Un alumno universitario tiene una masa encefálica que pesa aproximadamente kilo y medio. Esa sustancia alberga unos cien billones de células nerviosas, cada una de ellas conectada a miles de otras en más de cien trillones de conexiones. Damos el nombre de SINAPSIS a la relación de contacto entre esas células nerviosas. Sin embargo. Ese tejido no está listo y terminado en el nacimiento, la masa encefálica de un bebé guarda las neuronas de toda su vida, pero las sinapsis aún no están totalmente terminadas. Por ello el cerebro de un recién nacido pesa un poco menos que el de un adulto. Eso significa que las fibras nerviosas capaces de activar el cerebro necesitan ser construidas, y lo son por los retos y estímulos a que está sometido el ser humano.

En un recién nacido, los dos hemisferios del cerebro aún no están especializados. Eso irá ocurriendo lentamente hasta los cinco años, y rápidamente hasta los dieciséis años, pero de modo desigual en cada hemisferio y para cada inteligencia. Así que los dieciséis años es una edad poco adecuada para ampliar la capacidad del habla, cuya ventana presenta su mayor apertura entre los diez y los doce años, y mucho menos válida aún para la función visual, cuyo cierre parcial se produce a los dos años. Los neurobiólogos comenzaron a estudiar lo que denominaron “ventana de oportunidades”, creando un mapa, que está aún por perfeccionar, en que otras inteligencias presentan también sus ventanas.


Nunca, sin embargo, es excesivo repetir que el cierre de la ventana representa sólo una dificultad mayor para aprender y no el impedimento del aprendizaje que, como vimos, no se manifiesta hasta después de los setenta y dos años. La idea de la ventana es positiva, pues, si está “totalmente abierta”, tenemos un gran momento para su estímulo; si está parcialmente cerrada, el estímulo es válido, pero el aprendizaje será un poco más difícil.

Ventana de oportunidades - inteligencias múltiples


HABÍA UNA VEZ UNA ESCUELA DE ANIMALES

Thomas Armstrong, nos narra una historia de un grupo de animales que decidieron fundar una escuela. El programa abarcaría: trepar, volar, correr, nadar, escarbar. Por más que discutieron, no se podían poner de acuerdo acerca de cuál sería la materia más importante, de tal modo que decidieron que todos los estudiantes siguieran el mismo programa curricular.

El águila ¿Se la imaginan? Con un vuelo soberbio atravesando las nubes, planeando, desplegando sus alas. Estaba segura de que lo hacía muy, muy bien y que recibía el crédito y la retroalimentación de todo el grupo. Pero cuando entró a la materia de escarbar, resultó que todos sus movimientos motores eran inadecuados, así es que fue asignada a una clase especial para superar sus carencias. La experiencia la marcó de una manera tan dramática, que nunca volvió a volar como sabía.

El conejo corría maravillosamente, pero casi se ahoga cuando entró a la clase de natación. La experiencia fue tan dura y frustrante que nunca volvió a correr bien.

Y así fue la triste historia del resto del grupo...

Son también populares los ejemplos de gente famosa, que no fue valorada en su época. Quizá el más notorio es el de Albert Einstein. Quien aprendió a leer hasta los 9 años de edad y en la escuela reprobó matemáticas.

Siempre he pensado que su maestro debe de estar dando vueltas en la tumba con culpas y arrepentimiento derivados del juicio hacia Einstein: “lento, desconcentrado, incapaz”

Los padres y maestros tenemos la enorme responsabilidad de ayudar a los niños a descubrir sus potencialidades, a sentirse orgullosos de las mismas y a experimentar éxito en la vida.

Este reto parece obvio, reconocido en la teoría pedagógica y en los idearios escolares, más no en la práctica cotidiana.

Guarderías, centros de estimulación y salones de clase de todo el mundo, siguen diciendo a las águilas que son ineptas para cavar hoyos. “No son topos hábiles”

Esto es grave a todo lo largo de la vida de un ser humano.

Pero es quizá, más grave cuando se trata de bebés y de niños pequeños.

De forma muy temprana se truncan sueños.

Aspectos importante que se debe tener en cuenta:

Los bebés y niños aprenden jugando.
El aprendizaje debe de ser significativo.
El afecto (que incluye la aceptación del perfil del niño o niña) junto con los límites son la mejor tierra fértil para el desarrollo de los talentos.
Si el adulto sabe reconocer en sí mismo las inteligencias, si crece internamente, será capaz de reconocerlas en el niño pequeño.
A continuación, expondremos las ideas principales de Howard Gardner, su postura, su investigación, como marco de reflexión a las implicaciones que tiene su teoría en la crianza de bebés y de niños en edad de transición.

Howard Gardner. Teoría de las InteligenciasMúltiples

 ¿Qué es la inteligencia según Howard Gardner? ¿Quién es inteligente?
Tradicionalmente la persona “lista o inteligente” ha sido quien tiene habilidades matemáticas, lógicas o verbales. Estas habilidades se medían por el Coeficiente Intelectual.

Howard Gardner viene a revolucionar estas ideas. Que por cierto ya cumplieron 20 años de haber sido lanzadas al mundo de la psicología y de la investigación. Han tardado en permear en el mundo de la educación.

Howard Gardner, con su teoría de las Inteligencias Múltiples ha hecho una contribución muy importante al mundo de la educación. La inteligencia no es una, sino muchas. Todos tenemos todas las inteligencias, en distinta proporción, y esperan la oportunidad de desarrollarse a lo largo de nuestra vida.

Hay mucho escrito sobre el desarrollo de las inteligencias a partir de la edad preescolar. En esta ocasión vamos a echar un vistazo más atrás: En el bebe y niño pequeño. Todavía no podemos hablar de Inteligencias como tales, pero si de INDICIOS Los bebes difieren mucho en sus intereses, ritmos, patrones de aprendizaje y afinidades desde edades muy tempranas.

Es muy interesante enriquecer la observación y reconocer estas diferencias.

Para el adulto que convive con bebés y niños pequeños el tema de las Inteligencias Múltiples es una oportunidad única para reconocer las propias y educar “el ojo” y la actitud” para darle a los pequeños la oportunidad de desarrollarse, respetando sus diferencias.

Para Gardner:

“La inteligencia, es la habilidad de resolver problemas en un entorno social y cultural”.

Para desarrollar una inteligencia específica, o habilidad para resolver problemas, necesita partir de:

La habilidad genética
Oportunidades para desarrollarla
Que el grupo le dé un valor social, que responda a retos que se viven.
Es decir, Gardner ve un ingrediente genético, pero también el valor social y la oportunidad para desarrollarla.

Howard Gardner describe y clasifica inicialmente a 7 tipos de inteligencias. Y en la última década añadió la octava. Podrá seguir añadiendo, sin embargo lo trascendente de su argumento, es que son muchas y no una. Todas, igual de importantes, aunque reconoce que en la escuela y en nuestra sociedad, se ha ponderado más a la lógica matemática y a la verbal.



















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